sábado, 19 de septiembre de 2015

Mujeres, Hombres, sin viceversa que valga

Aquellos que se encuentren accidentalmente aquí pensando que voy a escribir sobre el programa de Telecirco, les aviso antes de decepcionarse que simplemente he usado un título con gancho.

Aunque no creo que tenga tanto gancho. Los títulos se me dan fatal.
Tengo pruebas que lo demuestran.

Lo que quería comentar aquí son mis reflexiones y opinión sobre el machismo, el feminismo y la estupidez en general. Vamos a hacer llorar a algunos cachorros tristes y puede que a alguien más (si no has entendido esta última referencia, tranquilo, es un tema algo complejo y muy especializado por el que pasaremos un poco por encima en el texto, pero busca "sad puppies" en internet si quieres más información después de leerme).
Cuanta más lágrimas, mejor.

Quién teme a la mujer feroz, a la mujer feroz, a la mujer feroz...

Pues al parecer hay muchos hombres que no ya sólo no aman a las mujeres sino que les tienen miedo. Si no, oigan, yo no me explico algunas actitudes.
Es decir, realmente, la única explicación que se me ocurre a los miles de años de exclusión de la mujer del terreno científico-técnico y la degradación constante de la mitad de la población humana sólo puede atender a una razón, el Miedo.

El Miedo de un niño pequeño a perder su juguete. El Miedo de sentirse inferior. El complejo injertado en las costumbres como memes (hete aquí una utilización propia del término) virales que hacen que generaciones enteras de personas se vieran empujadas a denigrar a sus contrapartidas femeninas y excluirlas de ciertos ambientes con un temor casi atávico.

Ese Miedo a que otro sea mejor, ese Miedo a que otro te supere. Ese Miedo a sentirse lo que en realidad eres, mierdecilla, una motita de polvo que no destaca en la arena e la playa.
Y si quieres destacar, tienes que echarle gónadas. El camino fácil, ah qué fácil, de denigrar al de al lado para sentirse mejor. Ese camino es el del cobarde y el inútil.

Si una persona te vence en un videojuego, descubre una partícula elemental que tú estabas buscando o gana más dinero con una obra del mismo género que escribes, pues será, iluminado, porque lo hace mejor que tú. Y si te jode, pues te rascas, que la frustración es un buen acicate para el genio... de quien lo tiene.
Si no tienes genio, aprende a vivir con tu frustración, machote, y métete la lengua por el culo, que sabe a fresa.

Que esa persona sea hombre o mujer, le guste follar hombres, mujeres o ambos, tenga la cantidad de melanina que tenga o rece al trozo de madera que le apetezca no tiene que ver que tú, que insultas te quejas y denigras, eres inferior por el mero hecho de, en vez de tener arrestos y esfuerzo por mejorarte a ti mismo, te lances a dengirar, quejarte e insultar.

Jugadoras profesionales de videojuegos (bueno, sí, parece que ahora jugar a los videojuegos puede ser una carrera profesional, cosas que pasan) que abandonan por insultos del público y los rivales.
Imbéciles que levantan quejas y campañas en los premios (otrora) prestigiosos de la ciencia ficción.
Niños haciendo bullying porque a una niña le gusten los superhéroes.

Todo esto debería haberse abandonado en la Edad del Bronce o, en su defecto, a finales del siglo pasado. El siglo de la quema de sujetadores y del sufragio para la mujer.

Pero no, ¿por qué? Porque todavía quedan resquicios de ese miedo ridículo y pusilánime "a que una mujer sea mejor".
Información gratuita, una mujer puede ser mejor, igual o peor. Es más, puede ser como sea. Añado, una persona puede ser mejor, igual o peor, sin importar su género.
Y si tú, pequeño cobardica de pantalones meados, la insultas y denigras por ser mujer (u homosexual, o bisexual, o transexual, o de otra raza, o de otra cultura, o de otra religión) YA es mejor que tú, porque te ha acojonado y te ha obligado a recurrir al insulto ante tu incapacidad y tu falta de talento y fuerza de voluntad.
Y te jodes.

El Pagafantismo y la Friendzone

Luego hablaremos de la cultura de la violación, y para entroncar con ese tema, vamos a pasar por una de sus manifestaciones con apariencia más inocente. Pero es sólo la apariencia.

Señores, por favor, tengan respeto por ustedes mismos y admitan que la Friendzone no existe.
No Existe.

No hay un lugar mágico construido por las perversas hechiceras para castigar a los hombres buenos mientras ellas se van con el macarrilla de la moto.
Eso sólo existe en su imaginación y ningún D20 va a sacarles de allí ni siquiera con tres éxitos consecutivos.

Señoras, por favor, tengan respeto por ustedes mismas y admitan que la Friendzone no existe.
No Existe.

Este término de cierta fama en las redes sociales y que, reconozco, alguna vez me ha hecho reír (y mucho) es muy peligroso. Y se está fomentando por parte de la población que la usa.
La población. No los hombres. No las mujeres.

Dato gratuito (estoy generoso, puede que dé muchos hoy). No hay hombres ni mujeres. Hay personas. Luego tendremos que hablar del bimorfismo sexual porque la gente es borrica (la gente así en general), pero vamos, que somos todos personas, humanos, y el bimorfismo sexual es un accidente biológico.

¿Por qué es tan peligroso hablar de la Friendzone, alarmista, más que alarmista?

Porque (vamos artificialmente a separar a los hombres y las mujeres en dos grupos con fines didácticos) por un lado ellos piensan que pueden "caer" en la Friendzone con lo cual (como leía hace poco en un artículo mejor que este pero que no recuerdo quién compartió y es una lástima porque me hubiera gustado pegar aquí el enlace porque merece la pena leerlo) denigran la amistad.
La amistad es algo que es la hostia, gente. Ser amigo de verdad de alguien, que esté ahí para las cosas malas y te conozca tan bien que te sepa sacar una sonrisa cuando estés jodido, es lo más grande que hay.
Y no me jodan los románticos con el "Amor". El amor, pequeños, es la forma más sublimada de amistad. Sólo el que es buen amigo de verdad podrá algún día sentir amor.
Pero si lo que buscas es sexo, joder, no te hagas el "romántico" porque es ladino y perverso. Y si no buscas sexo solamente, que se defiende el del fondo de la sala, también estás buscando sexo. Lo acabas de decir.
"No sólo sexo". Eso también es buscar sexo.
Lo que tiene la conservación de la especie, nos hace buscar sexo.

Y por otro lado ellas piensan (en los casos en los que se den cuenta de lo que ocurre, evidentemente, pero tratemos a la gente como si no fuera totalmente subnormal por un momento) que pueden "dejar" a gente en la Friendzone, con lo que simplemente están aprovechándose por motivos egoístas de una persona (que busca sexo).

Eso es el peligro.

Las relaciones humanas son difíciles y complicadas, y este tipo de circunstancias (ellos intentando conseguir los favores de ellas a través de muestras de afecto y comprensión) forman parte del ritual de apareamiento de la especie humana desde hace minolles y minolles de años.
Pero si intentamos avanzar para adelante y no retroceder, esto debe intentar abolirse, no favorecerse. Es normalizar una cosificación de la mujer que es aceptada por la población en general por los beneficios que supone (culpabilizar al objeto de nuestros deseos por no corresponder y aprovecharse de una circunstancia de poder por nuestros objetivos).

Antes de que algún imbécil salte, evidentemente existen casos en los que los implicados son víctimas, unos u otras, de la situación. Precisamente a eso quiero llegar, pudiendo haber víctimas, hay que evitar que exista la situación, y quienes la fomentan son tanto hombres como mujeres, porque como ya hemos dicho esa división que hemos hecho ha sido artificial y con fines didácticos.
La fomenta la población.

La cosificación

Todo esto ocurre porque tenemos una tendencia a cosificar que es ya un vicio. Luego hablaremos del bimorfismo sexual, pero como nota de avance, en el género humano el hombre tiene el papel biológico de la extensión y la mujer del control.
Ese origen biológico explica (pero no justifica) que la mujer haya sido cosificada con fines sexuales.
El hombre se cosifica en ese mismo proceso, pero es una cosificación secundaria que pasa desapercibida y que se critica menos.
El hombre se convierte en una billetera con patas. La mujer, en un anzuelo. Y alguien se está descojonando de todos nosotros mientra pesca billetes de colorines.

Como es muy fácil que las billeteras caigan en la trampa del sexo usando mujeres, la publicidad ha usado de forma salvaje el cuerpo de la mujer y su sexualización. Mírese usted MadMen como ejemplo.
Esto ha llevado a cosificar a la mujer hasta tal punto que la población (que pasa por el aro de todas estas prácticas con una facilidad insultante) haya construido una cultura en la que la mujer, básicamente, es el "premio".

Encended la televisión y poned CUALQUIER canal de videoclips. Ahora mismo. Con un 96.3 % de posibilidades, el cantante (no vamos a valorar su calidad ni su estilo musical) estará rodeado de símbolos de Poder. Coches potentes y caros, casas enormes (con piscina) y mujeres hermosas. Que estarán la mar de contentas bailando de forma insinuante alrededor de dicho artista.
La mujer transformada en otro más de los símbolos del éxito.

Si la cantante es una mujer, con un 98.5 % de posibilidades estará bailando de forma sensual con un vestuario mínimo. Porque ella es el premio.

Vea usted cualquier anuncio de perfumes.

Y no estoy culpando al hombre, estoy culpando a la población. El hombre o la mujer que lo idea, el hombre que pica, y la mujer que accede a ello y que se deja convencer para aparecer en ese papel.

Todos fomentando el muestrario de carne, el sexo como reclamo.

Porque todos tenemos ahí en lo más hondo de nuestro cerebro reptiliano esa tendencia a reproducirnos (ya que su ausencia nos hubiera vuelto poco eficaces para reproducirnos y, por lo tanto, no seguiríamos aquí) y al final lo que todo el mundo busca es el sexo.
Algunos buscan el poder, pero porque el poder y el sexo son lo mismo: el poder permite acceder más fácilmente al sexo. Algunos olvidan el fin y se quedan con el medio.
Pero seguro que follan.

Bajo esta perspectiva de cosificación y sexualización, todo el constructo social parece destinado a que la mujer sirva para un fin sexual, y por lo tanto es esta estructura mental la que favorece la tendencia a la violación.
Estructura protegida por una parte de la sociedad no por machismo sin más, pequeñines. No. Si hay tanta defensa de algunos sectores de la Sociedad de la Violación y de la Cultura de la Violación es porque una cultura o sociedad diferentes daría menos dinero.
Menos poder.
Menos sexo.

El Bimorfismo Sexual

Todo esto por una gilipollez, un accidente, un detalle biológico.
El ser humano es uno más de entre los animales que tienen una estructura bimórfica.
Vamos a entrar en biología hard, preparen los cerebros, que esto es importante.

La diversidad es buena.
(¡Lo que ha dicho!)
La selección natural existe (si no, véanse los premios Darwin). El medio es un hijolagranputa porque por una pequeña ley de la termodinámica todos tendemos a morir, desaparecer y descomponernos en nuestros componentes más sencillos.
Es la entropía y no hay nada que usted pueda hacer contra ello.
En nuestra lucha absurda y perdida de antemano contra la entropía, el Medio que nos rodea cambia de formas súbitas e inesperadas, el resto de seres que intentan huir de la entropía a veces descubren que la forma más eficaz es erradicando a otros seres (incluidos nosotros) y las fuerzas geológicas van a su puta bola sin importarles mucho lo que nos ocurra a los que dependemos de ellas.
La naturaleza no es buena.
Cuanto más diversidad tiene una especie, más probabilidades tiene de que a la hora de enfrentar un cataclismo, una mutación de un virus, un cambio en las condiciones climáticas o la llegada de una raza extraterrestre realmente inteligente que comience por diezmar al ser humano y luego preguntar, sobrevivan suficientes miembros como para repoblar el territorio porque estarán adaptados a esa nueva condición. Habrán sido seleccionados (bravo, bravo).
Por eso el racismo es idiota.

Así, en algún momento de la evolución resultó que la clonación del material genético fue menos efectiva que la mezcla aleatoria de material genético que, siendo muy parecido, no fuera exactamente igual, y por lo tanto el resultado del entrecruzamiento se pareciera a los dos progenitores siendo a su vez distinto a ambos.
Aumentó la diversidad.
Nació la reproducción sexual.

Para que este proceso fuera efectivo en criaturas con varios tejidos especializados, un poco más adelante se produjo una bifurcación en dos tipos de individuo, A y B, que permitía que esa mezcla genética no se hiciera a tontas y a locas sino sólo entre individuos A con individuos B.

Mucho después, muchísimo después, se descubrió que si los individuos A mantenían el futuro bicho en su INTERIOR en vez de dejarlos desarrollarses en la naturaleza, la supervivencia del futuro bicho era más probable. Nacieron los mamíferos y, con ellos, el individuo A se convirtió en el género femenino y el B en el masculino.

Esa simple gilipollez, ese detalle insignificante, ese accidente evolutivo no tiene nada, repito, nada, requetepito, nada que ver con las capacidades intelectuales o físicas de organismos femeninos o masculinos.
Eso vendría después, y es tan accidental, tan dependiente de unas circunstancias que nos son tan lejanas y tan en vías de desaparición, tan inútiles como los meñiques de los pies o el músculo plantar delgado, que el generalizar y construir una sociedad del siglo XXI sobre ellas es una idiotez del tamaño de una plaza de toros.

Hablo del mito de que el hombre es más fuerte y dotado para las matemáticas y la mujer menos fuerte y mejor dotada para el lenguaje.
Vamos a ver. En la cueva, cuando era más práctico que quien pariera se quedara cerca del fuego y lejos de los depredadores y quien no pariera (y por lo tanto era un pelín más prescindible) se fuera a cazar, es evidente que el que tenía más fuerza y coordinación mano-ojo sobrevivía mejor fuera y quien tenía mejores dotes de política y concordia no sufría extraños accidentes con terraplenes y cáscaras de fruta estratégicamente colocadas.
Pero, por si no os habéis dado cuenta, ya no estamos en la cueva. Hace mucho que no estamos en la cueva.
Y la labilidad cerebral humana lo hace particularmente adaptable a tareas para las que no necesariamente está bien dotado de primeras. Simplemente el feedback va a darle ansiaviva por mejorar en una tarea u otra, y es ese esfuerzo el que le va a hacer mejorar.
Si un ser humano empieza a entender las matemáticas y a gustarles, va a seguir aprendiendo, va a seguir mejorando y por lo tanto a aprender y a mejorar.
Si otro empieza a hacer deporte, y mejora, y le gusta, pues allá que se lanza y el feedback lo convertirá en un gran deportista.

Hablemos de la testosterona.
Porque alguien va a decirlo.
Sí, el efecto de la testosterona sobre el músculo hace que el hombre en general tenga más facilidad en ganar fuerza que la mujer.
Pues muy bien. Por mucha testosterona que yo tenga, mi afición al sofá, el ordenador, las series de televisión, los videojuegos y en general a dejar que mi cuerpo se vea mecido por la inercia van a hacer que una mujer que se machaque en el gimnasio sea SIEMPRE más fuerte que yo.

El Progreso

 No usamos el cerebro. No es que no usemos más del 10%, es que no llegamos al 1%.
Podemos ser mejores.
Pero no lo somos. Todos podemos ser grandes científicos y deportistas, pero no lo somos. Y no porque no tengamos la capacidad. Sino porque no nos sale de las gónadas, porque es más fácil sentarse en el sofá y que nos lo den todo hecho.
Y no es que sea algo malo, pero luego no nos vayamos quejando como gilipollas.

La sociedad puede mejorar, podemos supeditar nuestro progreso intelectual a las pulsiones biológicas y no al revés, como hacemos.
Y no lo logramos porque no nos esforzamos lo suficiente como sociedad. Y no lo hacemos porque es más cómodo no hacerlo.
Yo el primero, oigan, que aquí no se libra ni el Tato.

Así que quien quiera ver todo el epígrafe anterior como una justificación de la situación actual, que es su biología quien le impulsa a follar y por lo tanto comprar coches grandes porque están siempre anunciados al lado de señoritas hermosas, está revelándose como un vago de mierda que prefiere aceptar una situación claramente injusta y dejarse llevar.

Seguramente sea quien insulte, denigre y se queje. Porque será ese mierda que quiere que todo le llegue sin esfuerzo, que tiene miedo y que sufre un complejo de inferioridad.
Niño mimado de pantalones meados.

El Feminazismo

Por otro lado, como es natural, miles de años de represión gilipollezca han dado lugar a movimientos reaccionarios que van desde lo lógico hasta el rebote elástico hacia el punto contrario.
Es donde entra el feminazismo.

El problema del feminazismo es que da argumentos al machismo de la sociedad sexualizada cosificadora para no escuchar al feminismo neutro y positivo.
Y como el stablishment quiere y desea mantener viva la cultura que tanto dinero (y poder, y eventualmente sexo) le ha dado, se pirra por los debates vacíos y estériles que no mejoran absolutamente nada.
Y entramos por el aro.
Y discutimos si hay que escribir miembros y miembras o no.
E insultamos, denigramos y nos quejamos de lo que no es importante.

Mientras siguen ganando dinero y poder a nuestra costa.
Se aprovechan de la ira justa contenida por miles de años de atropello, sutilmente introducen mensajes perniciosos y acaban produciendo rechazo contra algo que tendría que ser la punta de lanza del progreso social.

No debería existir una división social entre hombres y mujeres. No existen hombres o mujeres, existen personas. Personas que han caído accidentalmente en uno de los lados de la moneda del bimorfismo sexual de la especie. Pero que pertenecen a una especie que debería ya a estas alturas de la película de estar tan avanzada como para que la biología no tuviera implicaciones tan aberrantes en sus logros personales, intelectuals, físicos o emocionales.

Pero bueno, qué coño sé yo, si para unos soy un representante de la sociedad castradora del feminazismo y para otras un buenista hipócrita representante del lado más ladino del homopatriarcado.
Porque esto es así, han dividido artificialmente la población en dos grupos. Les han dado colores y armas, porque cuando se pelean entre sí no se dan cuenta de que les están robando.
Y si no eres de los nuestros, eres de los otros.
Sigamos peleando.
Rosa contra Azul.

Y comprando coches grandes.
A más grande el coche, más posibilidades de follar. No lo olvidéis.

Que lloren los cachorros. Que se callen los cobrades. Y que os dejen dormir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario