sábado, 23 de mayo de 2015

Ciencia

Este es un tema peliagudo del que llevo tiempo queriendo hablar pero que siempre he acabado postergando por no haber centrado todavía lo que quería decir.

Espero que sea cierto que lo he centrado.

Como de costumbre en este blog, lo que quiero no es responder preguntas sino ponerlas sobre la mesa, en este caso sobre un debate que está encendido y que opone dos posturas en principio irreconciliables.
Pero voy a evitar los calificativos habituales y en su lugar voy a usar las denominaciones de Ciencia Basada En La Prueba y Ciencia Empírica, que son exactas y me van a ayudar a hablar bien del tema, sin connotaciones peyorativas.

Imitando el estilo de los artículos científicos, voy a usar las abreviaturas (vale, en realidad es porque estoy muy vago), así que la CBELP y la CE. Empecemos con las definiciones.

Ciencia Basada En La Prueba (CBELP)

Horriblemente traducido y extendido en español con el equívoco nombre de Ciencia Basada En La Evidencia, puesta de moda por el señor Claude Bernard, simplemente es la necesidad de demostrar siguiendo una serie de reglas establecidas las relaciones de causalidad de dos hechos.

Para fusilar el artículo de la Wikipedia, os lo enlazo, que me cuesta menos trabajo


Vamos a explicar esto. La causalidad es lo contrario a la casualidad (¿no os encanta cuando el lenguaje se vuelve un troll?), es la relación entre la causa (una pelota de fútbol lanzada dentro de casa) y el efecto (un jarrón roto).
Actualmente, para que algo pueda establecerse como CBELP y, por lo tanto, aceptarse en el mundillo cientificoso ese tiene que cumplir muchos requisitos que demuestren su causalidad e incluso se le da una "nota" al respecto.
Cuando decimos que "fumar produce cáncer" simplificamos al máximo lo que la CBELP ha aceptado, que es más o menos:

Hay un aumento estadístico en la aparición de un evento ("cáncer") en la población expuesta a un producto ("tabaco").
Y
La probabilidad de que esta relación estadística sea fruto del azar es menor al 5%
Y
Existe una relación temporal lógica entre ambos eventos (donde la CAUSA precede temporalmente al EFECTO).
Y
Hay una explicación reconocida y razonable a tal hecho (el potencial mutagénico de la nicotina y otros productos del tabaco).
Y
No contradice lo que se ha demostrado ya previamente.

Si no cumple el criterio de temporalidad o estadístico, no se acepta. Si los cumple, se debe mostrar la causalidad con otros criterios.

Ciencia Empírica

Es la ciencia que descubre un hecho empírico (es decir, por el sistema de la prueba y el error) y sobre este hecho formula una teoría que lo generaliza.
El ejemplo perfecto sería la homeopatía, que toma como base el siguiente hecho:

Y aquí el enlace del formulador de la homeopatía


La quina por sí sola produce fiebre. En cambio, a la gente con fiebre, la quina diluida en agua le baja la fiebre.

Y de ahí se produce la generalización:

Todo producto, suficientemente diluido, produce un efecto contrario al que producía en su estado pleno, más potente cuanto más diluido.

 Para explicar el porqué, formula la teoría de la memoria del agua.

Conclusiones precipitadas

El problema que puede surgir al lector tras leer lo que acabo de explicar es que puede pensar que he escrito todo esto para desacreditar a la CE y ponerme del lado de la CBELP como si fuera lo único cierto y válido.
Si fuera tan fácil, no existiría hoy NADA de CE y sólo tendríamos la CBELP, con la Verdad Universal descendiendo del cielo cuales tablas de la Ley.
Está claro que eso no ha ocurrido. Vamos a analizar un poco el porqué y si de paso llego a alguna conclusión, miel sobre hojuelas.

Primer Gran Error

El problema principal es de orgullo, y ensucia el debate hasta tal punto que me ha costado mucho salir un poco de ese fango para llegar a un punto más objetivo.
Ese orgullo nos hace pensar que algún día desubriremos la Verdad sobre todo. Nosotros, que tenemos sentidos defectuosos cuya información es interpretada por un cerebro limitado en capacidad nos creemos capaces de desentrañar la Verdad subyacente de una existencia a la que llegamos de forma parcial y sesgada.
Ole nuestros cojones.
Por supuesto ahí está el centro del debate, quién tiene razón, cuando ninguno de los bandos va a tener jamás razón, pues sus puntos de vista serán siempre incompletos, parciales y, en el sentido cósmico de las cosas, de lo más pobre.
Por lo tanto, pelearse por ver quién tiene razón es un debate estéril y que parte de una base errónea y prepotente como sólo el ser humano puede ser.

Segundo Gran Error

Creer que hay dos bandos, uno de "buenos" y otro de "malos".

Por supuesto, los "malos" son siempre los otros.

Para unos, los malos son un grupo de sucios capitalistas que beben sangre de niño no bautizado en cráneos de librepensantes mientras, con sus trajes a rayas, ríen viendo a gente morir de enfermedades que ellos podrían curar y que no lo hacen porque eso acabaría con su show y con los minolles y minolles de dineros que ganan cada segundo.

Por el contrario, otros piensan que los malos son un grupo de sucios engañabobos que beben sangre de niño no bautizado en cráneos de necios mientras, con sus disfraces de hippies y perroflautas, ríen viendo a gente morir de enfermedades que tienen cura y que les han convencido para no tomar porque eso acabaría con su show y con los minolles y minolles de dineros que ganan cada segundo.

Si no ven ustedes grandes diferencias es porque no las hay. Las motivaciones perversas de nuestros villanos favoritos no se alejan demasiado a las de los malvados de cómic, que quieren poder y linero y más poder.

Y ahora con abrefácil


Pero, ¿hay algo de verdad en esas acusaciones? Ignorando el detalle del cráneo con sangre de niño no bautizado, debemos admitir que engañabobos que se aprovechan económicamente de gente sensible o desesperada existen, y que la industria farmacéutica no hace demasiado por las enfermedades raras o por las enfermedades infectocontagiosas del tercer mundo.

¿Es que esa verdad es suficiente para desprestigiar todo un conjunto de creencias y/o de metodologías? No me lo parece. Pero estoy rascando todavía la superficie.

Los Trapos Sucios de la CE

El problema con la CE es que la teoría formada para explicar los fenómenos empíricos y por lo tanto su generalización no ha tenido por qué pasar por un proceso metodológico reglado.

Así pues, la acupuntura supone que recanaliza la energía del chi a través de los puntos específicos que ejercen de nodos en unos canales energéticos jamás descubiertos en la disección y que, misteriosamente, no tienen variabilidad interindividual ninguna. Ni polimorfismos ni nada, oigan.

Y ningún estudio del Colisionador de Hadrones ha revelado que las moléculas de agua puedan tener memoria, y eso que han encontrado cosas raras los físicos, como el enlace cuántico.

Eso, y la baja reproductibilidad de sus ténicas, son los argumentos más usados para criticar la CE.

Los Trapos Sucios de la CBELP

La CBELP no se queda atrás. Se ha criticado la enorme relación con las grandes economías, el falseado de estudios y los más conspiranoicos hablan de ocultación de datos y estudios por el bien de ciertos lobbys y sectas illuminatis.

El problema del discurso conspiranoico es que sí que hay críticas y duras a la CBELP que puede quedar enterrado por éste, ya no sólo con el Mal del Capitalismo como base.

No todo lo que se publica tiene una calidad metodológica tan rígida como se pueda pensar, y muchos artículos cometen el error (garrafal) de atribuir la causalidad basándose exclusivamente en la relación estadística.
Por no hablar de os estudios limitados que nos dan "medias verdades" por el (lógico) control de los Comités de Ética, que no permiten realizar los exámenes más reveladores por ser peligrosos o directamente dañinos.

Es más, si hacemos una crítica mordaz, los criterios del método científico, por muy lógico que nos parezcan (a mí me lo parecen) no dejan de ser los criterios que hemos escogido nosotros, por lo tanto su validez es aquella que nosotros les demos.

¿Entonces, qué podemos hacer?

El escenario parece desolador. Fiarse de la CE o de la CBELP parece un riesgo y no nos vamos a librar de los malvados especuladores que quieren nuestro dinero.

Pero vamos a ser sinceros, cada vez que salimos a la calle debemos confiar en TODOS los seres humanos que nos encontramos. Sin salir a la calle, ahora mismo usted, sí usted, se está fiando (o no) de lo que yo he escrito.
La actitud conspiranoica o la nihilidad total no parecen técnicas de supervivencia social demasiado efectivas, pero fuera de los extremos el espectro es demasiado alto.
Nada dice que la CE no sea efectiva, nada dice que la CBELP no sea precisa. Si nos ponemos tontos, ninguna tiene razón pero parecen tener efectos bastante certeros. ¿Todo, nada, unos sí, otros no?

Mi actitud

Resulta ser que soy médico (por si el título del blog no daba suficientes pistas) y como tal tengo una responsabilidad en la que creo.
Fruto de esa responsabilidad, cuando me enfundo una bata blanca y hablo con un paciente, le informo de lo que sé basándome en la CBELP. ¿Por qué? Porque es la que ha pasado por un método más rígido (y si no, tengo las herramientas y el conocimiento para saber que no lo ha hecho) y por lo tanto es la más fiable y reproductible. Con esa bata puesta, no creo que sea ético y responsable aconsejar abandonar algo que ha superado la prueba de la "puesta en duda metódica" que son los estudios científicos.

Por otro lado, he de reconocer que la CE a veces funciona (y de forma bastante efectiva, incluso). Puede que un día demuestre que sus teorías son ciertas y a través de profundizar en ellas descubramos por qué a veces no funciona (con la CBELP casi siempre lo sabemos. Casi).
Hay grupos de estudio que han relacionado los canales de chi con ciertas vías nerviosas (o en eso están) y si fuera así la baja reproductibilidad de la acupuntura puede deberse a un polimorfismo de esas vías. Es más, a mí me encantaría que aumentara la fiabilidad de las terapias basadas en la CE porque cuanto mejor arsenal tengamos, más eficaces seremos en nuestra tarea de curar la enfermedad.

Y es parte de mi responsabilidad conocer las terapias basadas en la CE, sus fundamentos y por dónde va su estudio.
Pero por ahora no puedo más que encojerme de hombros y decir "pruebe si quiere, por si le funciona."

Magufos, Engañabobos y Peligros

Ahora vamos con lo que es más peligroso.

El problema de la CE es que su laxitud metodológica y su falta de concreción permiten la entrada de fraudes que, en el mejor de los casos, son inocuos para la salud (pero no para la cartera) y en el peor pueden ser dañinos.

De ese modo, los preparados de herboristería se mezclan con la homeopatía (cuando son cosas distintas, aunque en el bote ponga "preparado homeopático") y falacias como "Lo Natural Es Bueno" llevan a situaciones peligrosas.

No estoy en contra de que alguien se tome un compuesto de herboristería para calmar el dolor o el insomnio (es más, estoy más a favor de comer fruta que de los suplementos vitamínicos, por ejemplo). Por el contrario, natural no significa bueno. Lo natural es morirse de gripe y en el parto y una seta venenosa es algo de lo más natural.

Chiste de médicos: "Ha muerto de causas naturales" "Oiga, que le han dado quince puñaladas" "Pues eso, que natural que se muriera".

(Nunca dije que el chiste tenía que ser bueno)

La excesiva medicalización de las circunstancias vitales ha llevado a una reacción que ha conducido sin quererlo al retroceso del progreso de la sociedad.
Por evitar la sensación de estar bajo el microscopio frío de los médicos, han aparecido movimientos que amenazan vidas, y eso es culpa DE AMBOS.

Un parto es algo natural, claro que sí, pero voy a compartir con vosotros una de las máximas que aprendí en la carrera:

"Un parto que va bien es lo más fácil del mundo. Un parto que va mal es uno de los peores escenarios que os vais a encontrar."

Puede que el hospital sea un sitio frío y horrible para nacer (trabajo de nuestra parte para hacerlo más agradable), pero una distocia de cabeza última por parto podálico en una casa particular y sin personal médico es algo que no deseo a mi peor enemigo.

La vacunación no es algo exento de riesgos, y quien diga lo contrario miente, pero en una balanza entre el riesgo de la vacunación y el beneficio personal y general de éstas, creedme, se inclina en la pro-vacunación.

El cáncer es algo tan horrendo y espantoso, el dolor oncológico es tan horrendo, que no niego NADA que sea capaz de calmar el dolor, mejorar la salud o al menos tranquilizar el espíritu del enfermo. Pero abandonar un tratamiento que puede ser efectivo por uno que no ha demostrado su eficacia basándose en una especie de conspiración malvada y terrible de las farmacéuticas y los hospitales es tirar piedras sobre el propio tejado.

Podría aburrirme de daros ejemplos, y seguro que os aburrís vosotros antes.

Conclusiones, que esto ya es bastante largo


Como de costumbre, pues, no tengo respuestas. Sólo preguntas. Pero es un tema importante que quería abordar (y lo he abordado) desde un punto de vista lo más objetivo posible (espero) y desde la apertura de miras.
Quizás no haya sido útil para vosotros, pero para mí ha sido muy terapéutico.

Un abrazo, y tomaros dos de estas antes de acostaros.
Que os dejen dormir.

domingo, 17 de mayo de 2015

Guardias

Este texto está siendo publicado en el saliente, porque la red del hospital no me permite acceder a blogspot.
El texto está escrito durante la guardia, porque al final pude tomarme un tiempo para hacerlo (afortunadamente).
Todas las fotografías han sido tomadas esta mañana.
 


 Hace poco leí una entrada genial sobre el "Saliente de Guardia", que os enlazo a continuación porque de verdad merce la pena.

Morphinna

Y estando de guardia (como estoy), y en los minutos que tenga libre, voy a intentar llegar un poco más lejos, hablar de la pre-guardia, la guardia, el saliente y el post-saliente, y de todo lo que ello conlleva.

Antes de empezar a gimotear como una adolescente tras la marcha de su cantante favorito de la Boy Band del momento, voy a dejar claro un punto.

Yo Sabía Lo Que Era Una Guardia Antes De Escoger Hacer Medicina.

Casi todos los que decidimos coger medicina sabemos (o no tardamos en descubrir) que como parte del "trato social" de ser médico están incluidas las guardias de presencia.
Otro detalle que una parte de la población no conoce, las guardias duran 24 horas, y eso lo sabemos también antes de hacer nuestras elecciones.
Más aún, todos hemos escuchado historias de médicos trabajando en el "saliente de guardia" antes de terminar la carrera y cuando aún podemos escoger alguna especialidad "sin guardias".

Todo esto para decir claramente que, por mucho que llore y me queje durante toda la entrada, es algo que ya sabía que tendría y que he elegido tener. De eso podemos concluir que no se trata de una entrada para quejarme de la situación en pos de un cambio ni busco la lástima. Es la simple necesidad catártica de expresarme.

La Pre-Guardia

¿Qué es la pre-guardia? Es un fenómeno psicológico parecido a la ansiedad, una sensación de melancolía y reticencia que empieza a aparecer desde unas horas hasta varios días antes de una guardia.
Se ve estimulada por una previsión de una Mala Guardia (ya hablaremos luego de eso) y es proporcional a la distancia entre guardias. A más guardias juntas, menos ansiedad (por acomodación o por el efecto de lavado cerebral que produce tener guardias muy juntas, no sé).
Este sentimiento puede llegar a condicionar mucho al sujeto durante el día (o incluso la semana) que precede a la guardia, haciendo que de vez en cuando entre en melancolía, estupor, suelte exabruptos o incluso entre en fases del duelo (negación, ira, negociación, tristeza, aceptación).
Suena a exageración con fines humorísticos (y por el tono del blog podría serlo perfectamente, y es que en parte lo es), pero he de decir que he asistido de verdad a casos extremos de compañeros en los que la ansiedad pre-guardia eliminaba todo componente social del individuo y lo llevaba, incluso, a llorar durante horas.
Igualmente, incluso la gente que tiene más defensas psíquicas contra la pre-guardia ha de modificar en cierto modo su comportamiento en las vísperas de guardia.
Excepto algún caso aislado, es poco recomendable salir "de juerga" antes de una guardia. Y aunque yo no soy precisamente "el alma de la fiesta", sí que supedito mis planes y mis horas de retorno muchísimo a este fenómeno.

La Guardia

La ansiedad pre-guardia suele desaparecer en el momento en el que se viste de blanco (o de verde, o de azul, depende del servicio y el hospital). A partir de ese momento, el sujeto pasa a estar en un estado de alerta patológico.
Esta primavera se lleva el blanco moteado de Betadine
He de insistir en el siguiente punto porque aunque la mayoría de mis contactos son del medio o tienen un contacto estrecho con el medio, mucha gente que no tiene ese contacto no tiene esa información (y no se la cree muchas veces).
Una guardia son 24 horas de presencia en el hospital.
Eso no tiene por qué significar 24 horas de trabajo ininterrumpido... pero sí que puede darse la situación, y desde el momento en el que nos enfundamos el pijama y cogemos el busca, asumimos que durante las próximas 24 horas podríamos no tener un momento de respiro.
Las consecuencias de esa consciencia son variadas, pero nos vamos a centrar en las dos más importantes.

Primero, nuestro estado de alerta aumenta enormemente. Soltamos adrenalina a mansalva, nuestras tiroides se vuelven locas y empezamos a tener taquicardias. En CUALQUIER momento desde CUALQUIER lugar puede surgir trabajo que puede ser de CUALQUIER tipo.
Desde un accidente de tráfico con la tibia asomando hasta un esguince de tobillo, desde un infarto en un paciente con triple by-pass hasta una arritmia puntual sin significación clínica. Desde la cosa más grave del mundo hasta la tontería más banal.
Y tienes que responder a todo, inmediatamente, de igual forma porque HASTA QUE NO LLEGAS AL ENFERMO NO PUEDES SABER ANTE QUÉ TE ENCUENTRAS.
Acabas aborreciendo el sonido del busca. Si era tu canción favorita, ahora detestas el grupo entero y la discografía. Si era un sonido incordiante, ahora puebla tus pesadillas.

Segunda, tu cerebro busca de forma ansiosa el reposo. Por eso es mala idea llevarse apuntes para estudiar en una guardia, o trabajo que realizar, o artículos que escribir. El estado de alerta es tal que cada pequeño minuto va a ser reclamado por tu necesidad de DESCANSO, ya sea viendo vídeos de gatitos o leyendo periódicos deportivos o escribiendo entradas de blog.

Llegamos ya al tema peliagudo. Qué es una buena o mala guardia. Porque aquí para gustos colores.
Como es mi blog, os diré que para mí la mejor guardia es aquella en la que el trabajo no para desde por la mañana hasta la noche, sin llegar nunca a acumularse demasiado para no estresarme, y que me dejen dormir.

Es casi un mantra. Que me dejen dormir.

¿Es que puede darse (se preguntará el neófito) una guardia en la que no pares de trabajar absolutamente nada y no puedas ni dormir?
Sí, pero son las menos. Por el contrario, algo que puede ocurrir con mucha facilidad es la guardia del Sueño Imposible, aunque no sea porque siempre exista algo que atender.
Me explico. Es medianoche, todo está ya tranquilo. Has podido incluso cenar y todo y no hay pacientes esperando para ser atendidos.
En ese momento te vas a la cama lleno de confianza y de satisfacción por tu trabajo bien hecho, recitando para ti el mantra.
Que me dejen dormir.
Te acuestas, das dos vueltas y comienzas a amodorrarte... cuando suena el busca.
Opa gangnam style. O algo aún más irritante.
Eeeeooo, sexy lady...
Es un hospital periférico, que te va a enviar alguien para que le eches un ojo. Dependiendo la distancia, puedes plantearte echarte una siesta hasta que llega.
Solo que no te echas la siesta. Va a llegar. Y tú, amigo mío, eres el especialista, así que SEA LO QUE SEA LO QUE LLEGUE, va a tocarte a ti darle una solución.
Pasa una hora, o una hora y cuarto y te llaman.
El paciente, al fin.
No. Es la planta, que el tratamiento de la señora Menganita no está puesto en el ordenador y no pueden dárselo.
Te levantas, enciendes el ordenador, escribes el tratamiento. Vale, a seguir...
El busca. Es el paciente, que ya ha llegado.
Son las dos de la mañana. Lo escuchas, lo atiendes, lo tratas. Antes de las tres no has terminado.
Porque puede que trabajes rápido y durante el día puedas gestionar un caso sencillo en veinte minutos, pero por la noche ni te quedan las energías ni le queda al resto del personal y todo va más lento.
Así que son las tres y el chute de adrenalina que has lanzado para poder tratar al paciente te dura todavía. Hora de intentar infructuosamente dormir durante otros tres cuartos de hora.
El tiempo suficiente para una llamada de otro centro periférico. Vuelta a empezar el ciclo.

Perfecto. La noche destrozada y sólo has visto dos pacientes. Y no has dormido nada, apenas arrancado algunos minutos en los tiempos de espera.

Eso, amigos míos, eso es una Mala Guardia.

Y de esas hay más de las que podáis contar.

El Saliente

Como ya he linkado un artículo sobre el saliente de guardia, no voy a extenderme mucho aquí, que para eso está muy bien escrito.

Para resumirlo, es la peor resaca de tu vida. Y encima ni siquiera te estabas divirtiendo en una fiesta.

Satisfacción es dejar esto atrás cuando llega el relevo


El Post-Saliente

Este es un fenómeno curioso. Resulta que hay un día, justo tras el saliente, en el que aún son muy patentes los efectos de cambio del ritmo del sueño secundarios a la guardia y al saliente de guardia.
Para mí, muchas veces el post-saliente es peor que el saliente. En el saliente aún queda mucha adrenalina, y además la mayor parte de las veces podemos tomarnos el día libre (como está estipulado).
Pero el post-saliente es un día de trabajo normal y corriente, en el que el universo no ha recuperado su ciclo normal.

Entonces, se preguntará el lector avispado, ¿qué ocurre si el post-saliente resulta ser OTRA GUARDIA?
Pues es lo que llamamos:

El Mete-Saca

Fenómeno más frecuente de lo pensado, encadenado de guardias que se suceden una tras otra. Sonará a broma, pero a partir de la cuarta guardia, los días de saliente empiezan a no-existir. Tienes la sensación de que el hospital, la guardia, es tu mundo; y todo lo que está fuera no existe en realidad, forma parte de un sueño extraño que tienes entre guardias.
Mi récord está en 6 guardias seguidas. No es el más alto (sé de alguien que llegó a las 15, es decir, un mes entero de mete-saca). Pero, sinceramente, no lucho por superar mi récord.

Las Guardias de Castigo y las Guardias de Fin De Semana

He de reconocer que he tenido la suerte de no enfrentarme nunca a estos dos fenómenos. Pero ya que estaba haciendo esta entrada, he preferido reseñarlos.
Una guardia de castigo es un fenómeno que ocurre en países de sudamérica. Nunca lo he escuchado nombrar en España y en Francia (no significa que no ocurra, sólo que no tengo datos al respecto). Son guardias sin saliente encadenadas como castigos por "faltas" que pueden ir desde lo grave hasta lo pueril.
Una guardia de fin de semana es lo que su nombre indica. Un fin de semana, viernes, sábado y domingo, de guardia. A cambio, el resto de fin de semanas de un ciclo (dependiente de cuántos médicos hagan guardia en esa especialidad) están siempre libres.

Conclusiones, o algo parecido

Os invito a un metafórico Café De Saliente, oh, dulce regalo de los dioses


No sé cómo cerrar la entrada. No quiero que esto suene a excusa para cuando un médico es desagradable o se equivoca, porque como dije al principio el estar de guardia es algo que asumimos como parte de nuestra profesión.
Tampoco creo que esta información deba caer en saco roto, porque como seres humanos que somos, las situaciones de cansancio o tensión extrema nos afectan también, y a veces un simple punto de empatía se agradece.

Digamos, en fin, que la guardia y sus fenómenos acompañantes son un hecho, forman parte de nuestra realidad y pueden afectar a nuestra relación con los pacientes. Que el público los conozca, que nosotros los reconozcamos, es importante para ayudarnos, unos y otros, a mejorar esa relación.
Porque al final lo importante es eso, la relación médico-paciente, el centro del acto médico y lo que puede llevar al éxito o al fracaso de lo más importante del mundo: proteger la salud.

Sigamos con la guardia, que ya le queda menos.
Un abrazo a todos.
Y que os dejen dormir.


domingo, 10 de mayo de 2015

Candyman vs Pesadilla en Elm Street

En realidad este título es parcialmente engañoso, porque de verdad quiero comentar las diferencias entre estos dos clasicazos del cine de terror, pero en realidad es una excusa para hablar de por qué escribo yo terror.

No obstante, empecemos por la comparación para que quien se quiera ir antes de que empiece a soltar el rollo, pueda hacerlo.

El Panteón del Terror

Si estoy comparando estas dos películas no es (completamente) una cuestión de azar. Son películas que ya han pasado a la historia, que se han reproducido en forma de secuelas de dudosa calidad que han inundado los videoclubes (cuando eso existía) y que forman parte lo que podría llamarse hoy el Panteón de los Villanos del Terror setentero-ochentero-noventero.
 
Hace muchos años, cuando el público era más fácil de asustar, Drácula, la Momia, el Hombre Lobo, el monstruo de Frankenstein, Jack el Destripador (por algún motivo), el Fantasma de la Ópera (en sus ratos libres), la Criatura del Lago Negro, en menor medida KingKong, formaban un conjunto sólido de criaturas terroríficas reconocibles que han tenido a bien llamarse los Monstruos. No tengo que decir que las iteraciones en las que comparten universo, objetivos y planos cansan ya.

La mejor iteración de la genealogía Titánica


Al igual que de los Titanes nacieron los Dioses Olímpicos que a la postre los sustituyeron, nuevos tiempos trajeron nuevos monstruos (y los que están ya están sacando los suyos) y a nadie se le escapa que Freddy Kruegger y Candyman comparten las salas del Olimpo del Miedo con Leatherface, Jason Voorhes, Pinhead, Mike Myers y Chucky.

Imagen de la Titanomaquia del Horror Según Matt Groening

 De entre tantos monstruos a comparar, podría haber elegido otros dos cualesquiera, pero digamos que he escogido a estos dos por varias razones.
La primera y evidente es porque acabo de ver Candyman (y me ha encantado, por cierto).
La segunda, porque ambos comparten el ámbito sin llegar a mezclarse, como Hades y Hécate o Ares y Afrodita, dos versiones del mismo hecho tan distintas que no se superponen pero sí pueden enfrentarse.

Argumento

Puede que el lector viva bajo una piedra del desierto de Arizona y nunca hubiera escuchado hablar de Pesadilla en Elm Street (más fácil es que no sepa nada de Candyman). Como según blogspot una no-despreciable proporción de mi (silencioso) público parece provenir de debajo de piedras del desierto de Arizona (dato a contrastar), prefiero no obviarlo y contar un poco de qué va cada una de las películas.

La protagonista soñando con su peluquero

Pesadilla en Elm Street es la historia de un asesino cruel y sanguinario al que los habitantes de su barrio (Elm Street, por si no lo habíais pillado) le "invitan" a una "barbacoa" en asiento de primera fila por sus crímenes. Antes de convertirse en carbonilla, el asesino grita que se vengará persiguiendo a sus hijos allí donde no podrán protegerlos, sus sueños. Años más tarde, esos chiquetes en plena evervescencia hormonal tendrán desagradables pesadillas bastante más realistas de lo que les gustaría.

Te pique el insecto que te pique...

Candyman narra cómo una estudiante trabaja en su tesis sobre la leyenda de un señor con un garfio en lugar de mano que, si eres tan lerdo como para decir cinco veces su nombre delante de un espejo, viene a hacerte una caricia de ingle a garganta con su mano "buena". Su investigación la llevará al que por aquel entonces era el barrio más peligroso de la ciudad, donde la comunidad adora y teme por igual al famoso Candyman.

Ambas historias trabajan en el mismo ámbito, el ámbito de la leyenda urbana. Entraremos más en detalle sobre este tema más adelante, pero adelantamos por ahora que es un lugar al que luego volvería de forma obsesiva el género con premisas plagiadas o ridículas, nunca con tanta maestría como en estas dos propuestas.

Dicen que si ves esta película cinco veces seguidas el asesino no sale a matarte porque se ha dormido del aburrimiento. Pero da igual porque te mueres por imbécil.

La Película

No voy a desvelar apenas nada del argumento de las películas (que ya bastante he ahondado en el anterior epígrafe), ni voy a entrar en la dialéctica del cine porque ni soy experto ni me apetece hacerlo.

En Pesadilla tenemos lo que podría ser uno de los hitos más importantes del terror adolescente. Y en ese sentido, la peli de Craven es la leche. Las muertes son brutales, las escenas oníricas inquietantes y perturbadoras, el desarrollo de la trama no sólo existe sino que es lógico (y será ampliamente plagiado con mucho menor atino) y las actuaciones no están nada mal. No hablo de Englund, que a ese lo dejo para más adelante.
Destacaría la astucia de Craven al conceptualizar la mayor baza de la peli, lo que la hace inmortal: darte una razón para temer tus propias pesadillas, acabando con el alivio de "sólo es una pesadilla" e impidiendo a toda una generación "volverse a dormir". Sólo la reciente "It follows" ha conseguido repetir ese hito de idea genial para martirizarte fuera de la sala.

Candyman es otro tipo de terror más maduro, con altos componentes sociales y miedos más adultos incluidos, mucho más fuertes que una simple muerte dolorosa.
Juega a más niveles y se le nota que su público objetivo es más adulto, más consciente de una serie de responsabilidades y de situaciones socio-culturales que impregnan la película y que ejercen un transfondo y un mensaje mucho más profundos. Tiene más ambición y consigue lo que ambiciona.
Por eso, y por una serie de "vicios" argumentales muy particulares (muy Clive Barker), me decanto por Candyman.

El Villano

Por si acaso perteneces a ese porcentaje petro-arizónico de mis lectores, te comento que el villano de Pesadilla es un tal Freddy Krueguer.

Por eso debéis elegir bien vuestra maquinilla de afeitar, jóvenes

Robert Englund y Wes Craven tuvieron una reunión para ver fotos de quemados reales, y tras escoger varios de los casos más graves, dieron con un diseño que, hoy por hoy, es insuperable. Tanto es así que ni el propio Craven (en su Nueva Pesadilla autohomenaje) ni el maquillaje de Jackie Earle Haley
(demasiado realista para ser expresivo) han llegado a hacerle sombra.

El verde hierba revela la inspiración de Craven a la hora de diseñar este jorror

Hola, soy Patata Krueguer y soy la inspiración de las nuevas Tortugas Ninja


Este icono de la cultura tiene algo que es mezcla de la genialidad de su diseño y habilidad del grandísimo Englund. No importa lo mala que sea la película, su presencia va a ser siempre palpable, a la par amenazadora y divertida, llena de mala leche e inolvidable.
Lo único que se le puede reprochar es (si es que eso es reprochable en el cine adolescente) que su motivación es la simple venganza.

Mejor Adaptación Ever
Candyman, no se queda atrás en cuestiones de diseño. Muchísimo más comedido y dosificado (en el primer film), su presencia desde la primera escena en la que aparece (ya bastante entrada la película) es perturbadora y atractiva. Su gabardina de piel, su porte, su capacidad para llenar la pantalla. Aquí el crédito también se lo lleva Toby Todd, el actor que encarna al asesino del garfio con un manejo de la voz y del efecto de llenar el espacio que no precisa apenas mostrar sangre para hacer temblar al respetable.
"Te dirán que he derramado la leche en el súper..."

Sus motivaciones, al igual que pasa con la película, son más complejas. Parece buscar venganza, pero si analizas sus actos, en ninguno de los casos se está vengando directa o indirectamente de aquellos que le han conducido a la desgracia. En todo caso, su motivación es más primordial y por lo tanto más profunda en su lectura: el deseo de sobrevivir, y el qué debe hacer para ello.
Desgraciadamente para él, en este caso he de quedarme con Freddy. Por muy poderoso que sea el Candyman y muy profundas su esencia y motivaciones, no tiene el carisma inmortal del asesino de la garra de acero.

La Leyenda Urbana

Vamos a entrar al fin en materia, presentados ambos personajes y películas, y tras aceptar que no son comparables en realidad por sus intenciones, analizaremos juntos la leyenda urbana en sí.

El concepto de leyenda urbana ya es algo del día a día gracias al cine de terror (y el exacrable producto del que no voy a mostrar más imágenes), y su presencia implícita o explícita en la oleada de cine de terror de los 2000 es casi omnipresente gracias a la Ringxplotation.

Paréntesis, el término "explotation" describe un tipo de cine que se aprovecha del rebufo de un éxito de taquilla para sacar productos de nefasta calidad y de temas parecidos (por no decir argumentos enteros fusilados) para atraer a una taquilla no demasiado enterada. Ejemplo claro, la italoexplotation del cine de zombies que tan buenos ratos hace pasar al aficionado del cine de serie M (de Mierda Infecta). Como extensión de su uso, alguna vez me veréis hablando de la Sawxplotation, la HungerGamexplotation o, en este caso, la Ringxplotation, porque al margen del presupuesto la intención es la misma.

En The Ring, la leyenda urbana de la cinta de vídeo que te mata en siete días era el detonante de la trama principal, y ese punto de partida ya está sobreexplotado.

Pero en Pesadilla la leyenda urbana era un tema implícito del que no se hablaba. Los padres conocían los hechos, los niños murmuraban los rumores alterando esos hechos. Veíamos cómo a partir de un acto real se producía una deformación por la transmisión parcial que derivaba en una leyenda urbana (que luego resulta que era bastante real).

Por el contrario, Candyman parte con la leyenda ya forjada y nos adentramos en ella, sabiendo lo que es, habiendo incluso un discurso sobre su origen y su pervivencia y su necesidad de pervivencia. Da un cuerpo físico (o casi físico) al relato oral y una motivación pura de cualquier relato: pasar a la siguiente generación. Es un genial ejercicio de metalenguaje.

Y ¿por qué os cuento yo todo este rollo?

Bueno, la principal razón es que me apetecía soltar este rollo, que ya es un motivo. Pero hay un último punto que quiero abordar.

Hace poco, en la presentación de "Sepia, de Escarlata Mancillado", me preguntaron por qué escribía terror.
Di una respuesta parcial. Ahora puedo ahondar un poco más en el tema.

Si os dais cuenta, ambas películas han sido conocidas por ser pelis de terror, alquiladas por adolescentes para apretarse en medio del furor hormonal y transmitidas en aquellos míticos programas de "cine de miedo" a unas horas muy tardías.
Pero aunque se ganan su categoría y echan hemoglobina como para no dudar de su género, ambas nos hacen un análisis social en mayor o menor medida de manera secundaria, en un segundo plano de lectura, abordando temas que otros tipos de películas no pueden abordar.

Las diferencias sociales, el contexto socio-cultural, el problema del racismo. Candyman se atrevió ha exponer ese problema en pantalla, a sacar escenas de verdaderas bandas y verdaderos barrios conflictivos, a exponer la diferencia de justicia para unos y para otros y todo eso en un momento histórico particularmente delicado.
Si ahora nos parecen violentas y peligrosas las manifestaciones racistas-antirracistas que están sucediéndose en EEUU, es que no nos acordamos del contexto en el que se vivía al principio de los noventa. No estoy hablando de principios de sigo XX, de años 40-50. No. Estoy hablando de hace 20 años, de hace nada de tiempo.
Ninguna película hubiera podido tratar esos temas, pero esta lo hace (y lo hace magistralmente).

El terror, la fantasía, son metáforas de las sociedades y sus miedos. De cosas de las que otros géneros no pueden hablar.
De cosas que no podemos decir en voz alta, pero que bajo es prisma del terror tienen un salvoconducto y podemos analizarlos, interiorizarlos y sacar conclusiones sobre ellos.

Por eso es tan interesante el terror bien hecho, por eso cada película o libro de terror malo es una oportunidad desperdiciada.

Por eso el género merece un respeto del que aún no goza, por el que, sin embargo, le atrevo a luchar.