martes, 2 de junio de 2015

Môroaiça y por lo tanto Calabazas en el Trastero, Entierros




Môroaiça es la niña de mis ojos. No es mi primogénita, pero como si lo fuera.
Por un lado, me permitió ahondar en mi criatura de horror favorita, el vampiro, desde las leyendas originales, cosa que me llevaba obsesionando durante muchísimo tiempo. Tiene imágenes de las que aún me siento orgulloso. Y sobre todo fue el relato con el que entré en el primer Calabazas en el Trastero, conocí a Juan Ángel Laguna Edroso y a través de ese camino acabé publicando Sepia, de Escarlata Mancillado.
Por todo ello, y porque es un relato que me encanta, tenía que entrar en Sepia, de Escarlata Mancillado.

Hace poco, los amigos del grupo Calabazas en el Trastero de Facebook están recuperando las críticas de esta antología. Os pongo los enlaces ahora, pero la que sin duda me hace sentir más orgulloso (sin desmerecer las otras) es la de Dark Wolf's Fantasy Reviews, por una razón muy sencilla, porque el autor es rumano y además un amante de su historia y mitología.
Acercarte a una mitología que no es la tuya, intentar vestirte con ella y contar una historia a través de ella no es fácil. Que una persona para la que esa mitología es parte de su acervo cultural te reconozca el esfuerzo y lo alabe, ha sido uno de mis sueños cumplidos como escritor.
Otro sueño más que me cumple mi pequeña Môroaiça.


Ensalada de links:

http://sedice.com/portada/index.php?q=node%2F3583
https://rescepto.wordpress.com/2009/02/28/calabazas-en-el-trastero-1-entierros/
http://puestodelectura.blogspot.com.es/2015/01/calabazas-en-el-trastero-entierros-de.html
www.librodearena.com/post/elargonauta/critica-calabazas-en-el-trastero-entierros/67200/6936
ociozero.com/?q=node/6112
sevillaescribe.blogspot.com/2009/12/calabazas-en-el-trastero-entierros-vvaa.html
www.elkraken.com/Esp/Revistes-esp/R-Calabazas_trastero-Entierros-esp.html
http://darkwolfsfantasyreviews.blogspot.ro/2015/04/review-pumpkins-in-closet-burials.html


Y para redondear, recupero la reseña que yo mismo hice a los compañeros de la antología en su momento.




El Tratado de Michael Ranft: Asimilar un relato de terror a "La Confesión de Randolph Carter", de H.P. Lovecraft, debería ser un motivo de orgullo para cualquier escritor. El inicio de este relato me conducía a tal conclusión. Su final no. Su final supera la obra de Lovecraft. Tomando un tono de pseudociencia propio de finales del siglo XIX y principios del XX, añadiendo la leyenda clásica al relato, empezamos la antología con un grandísimo relato corto de terror que nos hace presagiar que hemos hecho una gran compra.

Certificado de defunción: El Enterrador no podía faltar en una Antología sobre los Entierros, y aquí no faltan sepultureros, enterradores y otros seres de semejante función. Aquí, es el protagonista de una historia que nos conduce a un final inevitable, horrendo, genial. La sensación se sublima de las palabras al lector, provocando el frío, el miedo, la desesperación y el dolor del pobre protagonista, al que es inevitable cogerle cariño dada su carisma.

De cómo el señor alcalde acude al debate nocturno de Buddy, "el Enterrador": Lo dicho. Enterradores de todas las raleas posibles. En esta pequeña obra (en cuanto a extensión, que no en cuanto a calidad literaria) la simpleza de la historia ejerce de mazazo al lector, unido al arrollador encanto de un protagonista que, en estado de gracia, nos regala un terror inesperado y maravilloso.

Todo es empezar: Maravilloso escrito acerca del trabajo del enterrador. Con un fino sentido del humor no exento de escalofrío perverso, los dos protagonistas nos atrapan sin remedio en la red de su profesión, conduciéndonos sin demora hasta una conclusión simplemente genial, redondeándose a sí mismo con su propio título.

La procesión de las plañideras: Quizás el más onírico de la antología, lleno de fantasía horrenda y leyenda profana, que deja entrever a través de una lírica profusa, compleja, barroca y cuidada (cuales bajorrelieves de una iglesia bien construida, llenos de terrores inimaginables para conmover a los profanos) una historia magnífica que llena de pesadillas las noches del lector.

El cruce de la música: Entrando de cabeza en un género de terror desgraciadamente explotado hasta la saciedad, consigue arrancar pepitas de oro de una mina que parecía agotada, dando lugar a una historia más que original, más que interesante, más que seductora, cual cocinero que consigue sacar de unos huevos fritos con patatas una delicia gastronómica.

Cosecha de huesos: La habilidad del escritor nos engancha para recorrer junto al protagonista una larga y lenta marcha por un paisaje desasosegante, tan bien construido que las moscas salen de la revista y nos rodean, el calor reseca nuestras gargantas y el olor a polvo y a muerte inundan la habitación donde estamos leyendo. Poco a poco, plantando semillas de inquietud aquí y allá, el escritor consigue con su paciencia cultivar una cosecha de miedo puro en nosotros.

No somos nada: Ágil, cruel, despiadada, divertida. Una maldad corta e intensa, en un estilo directo (a la yugular) que nos implica más de lo que deberíamos estar dispuestos en la perversidad celópata y en la psicosis de las vengativas protagonistas de este relato. Ejerce de soplo de aire fresco en los asfixiantes ambientes de la antología (como debe ser entre tantos Entierros), pero un aire lleno de rumores malintencionados y monstruos humanos.

Moroaica: No voy a cometer la insensatez de comentar mi propio relato, que de eso han de encargarse otros ;).

... Y evitar los malos pensamientos: Entre tanta maldad, tanto horror, tanta perversidad y tanta muerte, las sonrisas afloran entre la inquietud, y la magia que invade sin previo aviso a la realidad nos permiten soñar durante la lectura de este hermoso cuento. Reflejando una realidad compleja y difícil, con tintes de leyenda moderna y potencial para despertar la imaginación del lector.

Una tumba vacía: Genial relato que nos retrotrae a una infancia no del todo perdida, llena de olor a polvo, monstruos de la imaginación y lugares tenebrosos mas atractivos. Cuando descubríamos nuestro lado más oscuro y nos déjabamos seducir por aquello que más miedo nos daba. La sonrisa se tuerce al final, en un acto de empatía con el Mal.

Y llorarán por ti: No podía faltar un relato de esta calaña, que nos condujera por el túnel del más terrible de los miedos que puede sentir un ser humano, nos provoque una reacción vagal ante la incertidumbre, la indefensión y la angustia existencial más insoportables para, en el momento más inesperado, golpearnos con una revelación que da una vuelta de tuerca más al tema de esta antología.

Es mi trabajo: Y, para terminar con tan terrorífica reunión de relatos, nos encontramos con una historia hermosa, que aborda el dificilísimo tema del existencialismo, del miedo a lo que se haya al otro lado de la vida, de las fronteras, del último viaje, de lo que representa, de lo que dejamos atrás, de por qué debemos dejar cosas atrás. Y lo aborda con habilidad, dejándonos sentir una pizca de horror y desconcierto ante una situación fantasiosa que, como sutil metáfora, nos guarda un reflejo de la realidad y nos deja un sabor agridulce, pero más dulce que agrio, como colofón a esta maravillosa reunión de relatos.

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