lunes, 2 de febrero de 2015

Sepia, de Escarlata Mancillado

Una de las razones que me han impulsado a abrir este nuevo blog es la promoción. Pero la verdad es que no sé muy bien cómo hacerla sin sentirme un poco timador callejero, "vengan, vengan a ver mi obra que es la octava maravilla" "con las primeras mil ventas obtendrán ustedes un perrito piloto gratis".

No sé vender. Yo escribo, no soy vendedor.

Pero mi primera obra en solitario acaba de salir y, bueno, quiero que la gente la lea. Entre otras cosas porque la editorial Saco de Huesos ha confiado en mí y ha puesto su esfuerzo en mi obra. Y por otro lado, porque como escritor me alimento del feed-back y de las almas de mis lectores.


En serio, el feed-back es muy importante en todo trabajo artístico.

Abro un pequeño inciso. No sé si alguno ha leído "La misteriosa llama de la Reina Loana", de Umberto Ecco. Sin entrar en detalles sobre la trama, destaco una reflexión que no cito de memoria porque hace ya varios años que lo leí y no he tenido ganas nunca de volver a él. Más o menos decía que el escritor es un personaje sumamente prepotente, pues si es escritor es porque cree que puede aportar algo que no se ha escrito aún.
Coincidimos todos en lo difícil que es eso. Con sólo mirar atrás nos encontramos con enormes, gigantes escritores que han construido nuestra cultura y que se han convertido en clásicos.
Después estará el típico escritor tímido que dice que él escribe más para sí mismo que para los demás y que le da mucha vergüenza eso de que lo lean, y guarda todo en un cajón para que luego un amigo suyo le traicione tras la muerte y en vez de destruir toda su obra la publique y lo transforme a título póstumo en un clásico obligatorio de la literatura.
Pero incluso ese escritor tímido sabe que hay una parte de sí mismo que quiere transmitir a los demás, y no puede conseguirlo si no es con la literatura.
Lo que invalida un poco las dos reflexiones.
Nadie escribe sólo para sí mismo, que para eso está el monólogo interior. Y no es (solamente) una cuestión de prepotencia, hay un algo que quiere salir y conocer mundo, y que se retuerce en todo escritor  y le mueve a escribir.

Todo esto me devuelve al camino principal otra vez. Lo que yo tengo que sacar de mi interior y no puedo hacer de otra forma son historias.
No soy un escritor político que utilice la literatura para expresar sus ideas; ni necesito la literatura para expresar del todo mis sentimientos.
Lo que necesito es contar historias, soy un cuentacuentos (quienes me conocen de hace mucho tiempo lo saben), y un cuentacuentos no es nada sin nadie que escuche sus cuentos.



Ahora bien, lo que querréis saber es qué cuentos os tengo que contar aquí.
Y no lo voy a hacer, porque me hace sentir muy raro.

No quiero ser yo quien hable de mi obra.
Ella debe hablar por sí misma.

Posiblemente una de las razones por las que Saco de Huesos ha confiado en mí es porque de alguna forma compartimos, la editorial y yo, una idea interesante a la que ellos dieron nombre y de la que me encanta considerarme parte, que es la literatura fosca.
Qué quiere decir eso. Es mejor acercarse a la página web y descubrirlo, pero digamos que es una cuestión ambiental. No podría decir yo que es un género, sino más bien un color con el que pintar las historias. Un color muy oscuro e inquietante.
Pero que abre la mano a conceptos como el humor o el amor, no es horror puro. Es otra cosa.


 


Y para mí ese color es el sepia de las fotografías que comienzan, de esos daguerrotipos, llenos de un gusto añejo por una época que comenzaba, que estaba llena de esperanzas, pero que arrastraba un pasado oscuro y tenebroso del que no se podía liberar y se dirigía sin saberlo al precipicio de la miseria humana y el horror.
Por eso quizás tenga tantos relatos con ambientación victoriana.
Es un color que habla de ciencia que comienza y de supersticiones que continúan, de historias de fantasmas, del nacimiento del gótico literario y de la ciencia ficción.
De Poe, Baudelaire y Byron. De Shelley, Polidori y de Maupassant.
Es el color de una carcasa vacía de insecto que ha abandonado su estado de ninfa para tomar su forma adulta, quedando atrás como testimonio del cambio.

Como tal, esa carcasa es algo inerte y muerto. Por eso el escarlata, porque es la sangre derramada que cae sobre la fotografía. La mancha, la distorsiona, pero añade su esencia de vida truncada, de violencia cometida, le da la vida que le falta durante un acto de muerte.

 Esos son los cuentos que os esperan dentro de la antología. Cuentos de recuerdos pasados, de fantasmas de otras épocas, conjurados con sangre derramada.



 Desde aquí he de agradecer el trabajo de Mayte CG, porque la portada que ha hecho para el libro consigue expresar todos estos sentimientos en un sólo golpe de vista.
Por supuesto, el siguiente paso es agradecer a Juan Ángel Laguna Edroso y a Miguel Puente el trabajo de maquetación, edición y por supuesto la ENORME paciencia que han tenido durante el proceso de edición.
A Virgina Pérez de la Puente por el magnífico prólogo.
Y a todos los demás que no aparecéis en los créditos, pero que habéis estado allí desde el principio.
Sobre todo a ti, que siempre estás.

Y ahora que ha nacido, que está disponible, es hora de que vosotros juzguéis por vosotros mismos.


Si tenéis el valor, claro está...

4 comentarios:

  1. Parece ser que hoy día tienes que ser vendedor. Esa segunda parte, práctica y calculada, es la única que puede darle alas a la primera, la artística y apasionada. No eres un timador callejero, porque no pretendes engañar a nadie, ni esto es una artimaña pensada para forrarte; crees en tu obra, has trabajado mucho en ella, y el resultado tiene calidad y un buen puñado de pares de ojos por ahí perdidos que podrían disfrutarla, pero aún no lo saben. La clave, supongo, estará en no abusar, en saber cuándo es el momento de hacer publicidad y cuándo no lo es, y blablabla. En ese aspecto, no hay más que sentido común y ensayo-error. Pero sé valiente, que tu obra lo merece.

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    1. No sabes lo bien que hace leer comentarios como el tuyo. Gracias, por todo.

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  2. Soy Mayte, la diseñadora de la portada. ¡Muchas gracias por la mención!, me alegra saber que la portada ha capturado las sensaciones que querias transmitir. Por mi parte ha sido un honor crear la imagen que sirve de entrada a esta antologia. Los cuentos me han encantado, tienen un sabor clásico y elegante, como el color sepia que los presenta :)

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