Si usted es bastante vago y lo que quiere es un resumen del texto, al final del todo hay un glosario que intenta aclarar por qué no podemos meter a la celiaquía en el mismo saco que la moda Bio y que el veganismo.
¿Qué es la Celiaquía?
La celiaquía es una enfermedad. No es una elección, no es un capricho ni una manía. Es una enfermdad grave, gravísima en realidad, que afortunadamente tiene una cura simple pero no sencilla.
Se encuadra dentro de las alergias, una alergia al gluten, pero no es el mismo tipo de alergia que, por ejemplo, la alergia al marisco o a los frutos secos.
Por eso, si una persona celíaca come gluten, no vais a ver la reacción clásica de su cuerpo lleno de ronchas, ni va a ser inmediato. Eso no significa que el gluten no le esté haciendo daño, el problema es que el daño se resiente a largo plazo.
Porque, bueno, entrando de puntillas en la biología, los agentes implicados en esta alergia no son los típicos que circulan en sangre y eso, son los encargados de proteger inmunitariamente el intestino (simplifico muchísimo, claro). Reconocen el gluten como un agente agresivo, así que cuando el intestino entra en contacto con el gluten éste se inflama.
Es algo así como si cada vez que el celíaco comiera gluten, le produjera una gastroenteritis.
A los efectos negativos clásicos de esa inflamación, es decir, la diarrea y el dolor, que ya de por sí no son agradables, tenemos que añadirles todos los efectos negativos de la malabsorción.
Si prestasteis atención aunque fuera cinco minutos a Biología o Conocimiento del Medio, sabréis o debréis saber que el intestino absorbe los nutrientes de los alimentos.
Cuando está inflamado, no puede hacer su trabajo bien, así que absorbe lo fácil, que para eso está cansado y no está para hostias, ya.
Entre otras cosas, uno de los elementos que más le cuesta absorber en ese estado es el hierro, que es necesario para fabricar nuevos glóbulos rojos, por eso la celiaquía se asocia con anemia.
Por si fuera poca jodienda, la inflamación crónica de cualquier tejido puede, a largo plazo, conducir a errores y mutaciones de éste. Errores y mutaciones que pueden conducir al cáncer.
Como véis, el celíaco tiene verdadero interés porque sus intestinos no entren en contacto con el gluten. Porque, además, la reacción alérgica en general responde a muy baja dosis. Es decir, una cantidad ínfima de gluten puede producir una respuesta inflamatoria.
Para el típico que suelta aquello de "No, pero si un poquito no te va a hacer daño".
Otro problema, en los adultos la celiaquía (sobre todo si ha sido diagnosticada y bien tratada en la infancia) puede ser subclínica, es decir, un celíaco que ha hecho bien su tratamiento en la infancia, si empieza a comer gluten en la vida adulta puede no percibir ninguna o casi ninguna sintomatología, pero por el contrario el consumo continuo de gluten en ese individuo particular aumenta, y mucho, el riesgo de cáncer de colon.
Celíaco hoy, celíaco siempre.
¿Qué es el gluten?
El gluten es una proteína. Si leísteis mi artículo sobre las vacunas, sabéis que a nuestro sistema inmune le encantan las proteínas. Los anticuerpos se pirran por ellas.
Todas las alergias son respuestas exageradas del sistema inmune, que ataca a una sustancia inofensiva como si fuera una agresión.
Por lo tanto si sumáis dos y dos, la respuesta del sistema inmune del celíaco al gluten es de las más agresivas y "mejores".
El gluten es una proteína vegetal, presente en ciertos cereales, en particular el trigo, pero también en otros como la avena, el centeno, la cebada y, evidentemente, en las distintas variedades híbridas de estos (tricale, espelta y cosas con nombres aún más raros).
En particular, las harinas de estos cereales contienen procentajes muy altos de gluten.
Si os acordáis un poco de lo que hablaba en el artículo del maltrato animal, las proteínas vegetales no son fundamentales. El ser humano puede alimentarse perfectamente de proteínas vegetales pero no tiene por qué y, de tener que realizar una dieta estricta, le es más fácil depender exclusivamente de proteínas animales que para ello contienen de base todos los aminoácidos esenciales.
¿Cómo se trata la celiaquía?
Sólo hay una forma clara, segura y conocida de tratar la celiaquía. No ingiriendo gluten.
No hay tratamientos, médicos ni quirúrgicos. No hay pastillas. No hay operaciones. No hay remedios homeoterápicos hechos con raíz de un árbol de una selva de Perú a consumir una noche de luna llena.
No ingiriendo gluten.
Eso no tendría por qué ser un problema en sí, ya hemos dicho que el gluten, en la especie humana, nunca sería un elemento esencial de la dieta.
Eliminarlo de la dieta no produce perjuicio alguno.
Vamos, que debería ser fácil, si no fuera porque vivimos en una sociedad dependiente del trigo.
En las clasificaciones de las culturas humanas, una de las más reconocidas es la dependencia de una fuente básica de hidratos de carbono. Asia era dependiente del arroz, América del maíz, y Europa del trigo.
El trigo es ubicuo en nuestra alimentación, como base fundamental o espesante. De una forma, u otra.
Y por si fuera poco, evidentemente, las partículas de harina de trigo que puedan quedar en utensilios, en el aceite de freír o que puedan simplemente formar parte del ambiente general de una cocina, como hemos explicado antes, pueden sin problemas producir una crisis en el celíaco.
Eso hace al celíaco, sobre todo antes que la visibilidad del problema era menor, una persona con graves dificultades a la hora de relacionarse. En los países mediterráneos, donde la comida es el centro cultural y social, la imposibilidad de ir a un restaurante con el resto de tu grupo social es un handicap muy serio, que dinamita la vida del enfermo.
No sólo eso, las limitaciones culinarias del enfermo de celiaquía son elevadas, no pudiendo consumir una gran parte de los productos procesados (uno diría casi ninguno) y, dependiendo de la cultura, sus posibilidades se limitan muchísimo.
Primer problema, la ausencia de visibilidad
La celiaquía era un problema muy poco conocido. El porcentaje poblacional de celíacos era bajo y la población no tenía apenas información sobre el tema.
Afortunadamente, diversas asociaciones están trabajando muy duro para dar visibilidad al problema. Grandes marcas españolas han creado líneas de productos sin gluten (no entraremos en los problemas del mal etiquetado o del falso etiquetado, que son graves y existen, porque no quiero desviar la atención aún más) y la comprensión de la enfermedad, así como los protocolos diagnósticos, han mejorado lo suficiente como para detectar muchos casos subclínicos que antiguamente caían en el cajón desastre del "colon irritable".
Pero eso ha dado lugar a una sensación (falsa) de "moda".
Es decir, no es que ahora de repente el mundo se ha llenado de celíacos. Es que ahora diagnosticamos mejor a los celíacos y mucha gente que pasaba la vida jodida y sin solución ahora tiene un diagnóstico, un tratamiento, y por ello una mejor calidad de vida.
Eso es estupendo.
Pero la ausencia de información previa al respecto ha dado la falsa imagen de "explosión de celíacos", con las inevitables consecuencias argumentales de "eso es por culpa de ...", donde el culpable puede ser desde la "sociedad" hasta "los médicos" o, el favorito de los niños, "el capitalismo".
Como si ahora "todo el mundo es celíaco" para poder "vender productos para celíacos más caros".
Forma parte de las conspiranoias actuales.
Segundo problema, la necesidad de atención
Por si fuera poco, hay un grupo de, digamos, personas que ante esta efervescencia de información han malinterpretado, o mal leído, o malversado, la situación y han demonizado el gluten.
Hay movimientos de gente que reniega del gluten sin tener un diagnóstico de celiaquía. Como aquellos que reniegan de la lactosa sin ser intolerantes, pero peor.
Peor porque, si bien me parece una idiotez y un paso atrás evolutivo eliminar de tu dieta la lactosa sin necesidad, al menos tiene una explicación filo-ontogenética detrás.
Pero eliminar el gluten es una imbecilidad. Es una proteína de origen vegetal, de buena calidad, que forma parte de nuestra dieta y que en ningún caso va a producir celiaquía sólo por el simple hecho de ingerirla.
El gluten no produce la celiaquía. La celiaquía es una respuesta de ciertos individuos al gluten.
Bien puede suponer el estrecho de mentes "si no tomo gluten, seguro que no respondo mal a él". Pero en ese caso lo suyo es introducirse en una burbuja de plástico y dejarse alimentar de proteínas liofilizadas y glucosa, porque el sistema inmune puede equivocarse con TODO. Cualquier proteína, ya sea proteína de leche de vaca, gluten, proteína de clara de huevo, cualquiera puede producir un tipo u otro de reacción alérgica. Y no podemos preveerlo.
Dejar de comer cualquier tipo de proteína "por si acaso" es, evidentemente, una forma muy dolorosa de ganar un premio Darwin.
Por cierto, la intolerancia a la lactosa no es una alergia, es otra cosa, pero no hablaremos de ella ahora.
Monstruo de dos cabezas
El humor es una herramienta, y como tal tiene sus funciones, sus funciones accesorias y sus malas utilizaciones.
Dada la situación actual, en la que una ignorancia absoluta sobre la celiaquía se ha visto apabullada por un exceso de información, una eclosión de diagnósticos y un grupo de subnormales que, en su búsqueda de atención, parasitan la circunstancia, la consecuencia es que el humor está empezando a atacar a la cultura sin gluten.
Es decir, está empezando a introducirla en el mismo saco que el veganismo, el miedo a los antibióticos y al mercurio, la histeria de los cancerígenos, la moda Bio y las alergias alimentarias clásicas.
Y al saco le ha puesto una etiqueta, la etiqueta de que "Cada vez somos más escrupulosos con lo que comemos".
A ver, señoras y señores, sí. Cada vez somos más escrupulosos con lo que comemos, cada vez los coches tienen mejores sistemas de seguridad y cada vez tenemos más vacunas.
Por eso, ustedes pueden tener una esperanza de vida superior a los ochenta años y una calidad de vida que hace que lo que hace veinte años era una persona anciana hoy día sea una persona en su "segunda juventud".
Y entre ello, cada vez entendemos mejor cómo funciona la celiaquía y diagnosticamos mejor casos que pasaban desapercibidos.
El diagnóstico
¿Por qué? Pues porque hasta hace unos pocos años (y el que me corrigió el MIR todavía estaba en el protocolo antiguo, qué-coraje-por-Dios) la única prueba diagnóstica fiable era una doble biopsia intestinal.
Osea, coger un pellizquito de intestino en dos ocasiones distintas y mandarlo al laboratiorio.
La primera ocasión, bajo una dieta normal con gluten, la segunda, tras un tiempo sin gluten.
Pero hoy día, una analítica es suficiente para, al menos, hacer el despistaje. Hace más de seis años que no estudio nada de Aparato Digestivo (afortunadamente) porque es lo que tiene la especialización, pero que alguien me corrija, con una analítica de anticuerpos específicos (no pongo el nombre porque seguro que me equivoco escribiéndolo y a buena parte de mi público le interesa poco o nada el nombre exacto) puede hacerse un primer despistaje y, si no me equivoco, la negativización de los resultados tras un tiempo sin gluten es ya diagnóstico.
Con lo que, si no es necesario meterse a hacer biopsias (que entrañan riesgos e implican una nunca-agradable colonoscopia) hay menos reticencia para indicar el método diagnóstico, por lo tanto casos con pocas manifestaciones clínicas o manifestaciones inespecíficas, y sobre todo casos que se manifiestan en la edad adulta, son diagnosticados con más facilidad hoy que hace diez años.
Porque resulta que trabajamos para avanzar, y eso.
Glosario
Y por si acaso, para resumirlo todo, he aquí un pequeño glosario de términos para intentar no mezclar churras con merinas.
Celiaquía: Enfermedad, no se elige, no es una moda, es una putada muy grande. No puede tomar gluten, ni un poquito. Ni un poquito.
Falso celíaco o decisión de no tomar gluten sin ser celíaco: Parásito social. Se escoge, y con su actitud primero se hace daño a sí mismo alimentando un egocentrismo victimista tipo "Síndrome del Barón Munchausen" y segundo hace daño a los verdaderos celíacos banalizando su enfermedad. Comportamiento a erradicar mediante la información y, si no es suficiente, el ostracismo social.
Alergia al pescado, a los frutos secos, etc: Enfermedad, no se elige, no es una moda, es una putada muy grande. No puede tomar aquello de lo que es alérgico. Ni un poquito.
Intolerancia a la lactosa: Estado natural, no se escoge, no es una moda. Puede ser temporal o definitiva. No puede tomar productos lácteos, pero depende de la dosis de éstos. Un poquito, que el intolerante sabe cuánto, a veces sí puede comer. A veces no. Depende.
Rechazo a la lactosa: Elección personal. Respetable, pero exige respeto por parte de quien ha tomado esa decisión hacia los que no la hemos tomado. Biológicamente es un paso atrás evolutivo, pero un paso atrás relativamente inofensivo.
Veganismo o vegetarianismo: Elección personal. Libre, respetable. Desgraciadamente transformada en moda, cuando tendría que ser una decisión muy bien pensada. Se escoge, es la persona la que lo decide. Por lo tanto, es la persona la que decide cuánta carne tomar. A respetar, pero exige que el vegano también sea respetuoso (ir a un restaurante de carne y poner malas caras, mal, eso no es un vegano, es un poser que hace mal al veganismo).
Consumo exclusivo de la luz solar: Elección personal, normalmente nominado a premio Darwin.
Miedo al mercurio/Antibióticos/Cáncer de ésto o de aquello: Fruto de la malinformación, la magufada y el periodismo de pacotilla. Como un telefilme basado en hechos reales, puede que el fondo sea cierto, pero está desdibujado por malas actuaciones y pésimos guiones.
Conclusiones
Se puede decir más alto, pero no más claro.
- Nadie escoge ser celíaco, porque es una putada muy grande;
- No es que ahora esté de moda, es que ahora estamos empezando a ver cuánta gente celíaca estaba infradiagnosticada;
- El celíaco no puede tomar absolutamente nada de gluten, ni siquiera una fracción que quede en el aceite de freír, so pena de sufrir una reagudización de su enfermedad o, a la larga, consecuencias aún más graves;
- Si no respetas a un celíaco, eres un imbécil;
- Si rechazas el gluten sin ser celíaco, lo que eres, amigo mío, es gilipollas.
Buenas noches a todos, y que os dejen comer.
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